Actualmente la industria mexicana de la seguridad privada es la más grande de Latinoamérica, dejando a Brasil y a Colombia en segundo y tercer lugar, respectivamente. Según informa Luis Oswaldo Parada, doctor en Derecho y especialista en seguridad, dicho rubro ha crecido un 60% en los últimos 20 años, con más de 4,300 empresas.

Sin embargo, este desarrollo acelerado, se ha visto invadido también por la proliferación de oferta informal; es decir, ha habido un surgimiento de empresas “patito”, como se dice coloquialmente, que prestan sus servicios sin los permisos y licencias correspondientes, por lo que operan de manera ilegal.

En la ponencia “Visión de la seguridad privada en América Latina”, impartida ante la Asociación de Empresas de Seguridad Privada (AMESP),  se señala que la existencia de numerosos entes de control o autoridades fiscalizadoras, así como la cantidad excesiva de trámites, propicia la informalidad, costos operativos elevados, sobornos e inseguridad jurídica. De esta manera, se vuelve indispensable saber distinguir los criterios que validan a una empresa ante la ley, como es el caso de Shield.

Toda empresa de seguridad privada debe presentar respaldo legal, que se hace patente en la autorización de distintas dependencias gubernamentales y en las distintas licencias y permisos que determinan la capacidad y calidad de sus servicios. 

En primer lugar, se debe contar con el permiso federal de la Dirección General de Seguridad Privada (DGSP). En segundo lugar, a nivel estatal se requiere de un permiso y, en determinados casos, incluso es necesario tramitar un permiso municipal para prestar servicios. En tercer lugar, si el servicio es con personal armado, es obligatorio poseer las licencias colectivas de la Sedena para la portación de arma de fuego y, a su vez, presentar la opinión positiva por parte de la DGSP para autorizar el proceso de armado de los elementos.

En nuestro caso, somos de las pocas empresas en México que cuenta con todos los permisos antes mencionados y las licencias colectivas en sus tres modalidades: Seguridad en los Bienes, Seguridad a Personas y Seguridad en Custodia y Traslado de Valores. Asimismo, cumplimos con la certificación internacional ISO-9000 – 20001, que asegura la gestión de calidad de nuestros servicios y, además, estamos asociados con la AMESP, asociación que únicamente admite en su registro a empresas regulares.

El reconocimiento de Shield es público y tiene la credibilidad que dan, por ejemplo el Registro de Prestadoras de Servicios Especializados y efectos fiscales, contables y laborales, sin dejar de mencionar que está avalada por la Secretaría de la Defensa de la Nación y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

Y recuerda antes de contratar un servicio de seguridad privada, verifica que cuente con todos los permisos y licencias como es debido.